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El gobierno pronuncia su inflexión pro-norteamericana. La carestía prosigue, el frente político-sindical se arremolina pero no se mueve mucho y la opinión pública sigue dando muestras de paciencia.

Argentina orilla el manicomio. Los despropósitos de su presidente a propósito de otros líderes latinoamericanos arruinan la política exterior del país, mientras en el plano interno se pronuncia el desbarajuste. Tributo a Malvinas.

Los problemas argentinos se agravan vertiginosamente con la gestión Milei. Inflación, caída brutal de la productividad, crisis de las obras sociales, pobreza y desempleo reciben ahora el impacto de la criminalidad asociada al narcotráfico.

Javier Milei y las fuerzas que lo manipulan amenazan la unidad nacional. Aunque el proceso apenas se inicia, tiene una potencialidad muy peligrosa y debe ser combatido sin cuartel.

Los rasgos delirantes del actual gobierno se pronuncian. ¿Es la nave del Estado un avión en barrena?

Diputados da tratamiento en particular a la ley ómnibus. Esta ha perdido aire, pero su complejo articulado, que no ha sido conocido por la opinión en su totalidad, puede guardar muchas sorpresas. De ahí lo crítico de su abordaje en el Congreso.

Parece mentira, pero a 45 días de asumido el poder, el gobierno de Javier Milei empieza a ostentar los síntomas de una crisis terminal.

El gobierno de Javier Milei ha renunciado al BRICS, al que Argentina había sido invitada. Da así la espalda a una poderosa asociación de naciones inscritas en la corriente multipolar, para formar parte de la cual forman fila más de 30 países.

Una larguísima colección de medidas antipopulares, lista para ser enviada al Congreso, conforma el DNU con el que el presidente Javier Milei ha decidido inaugurar su gestión salvífica.

La calesita del poder dio otra vuelta y aposentó a La Libertad Avanza en la Casa Rosada, con el amigo dilecto de Macri, Luis “Toto” Caputo, como ministro de Economía.