“La luz en el túnel” es obra de un destacado exponente de la izquierda nacional latinoamericana, el boliviano Andrés Soliz Rada, que provee una lúcida, brillante e instructiva aproximación a la realidad de ese país y del subcontinente todo.
El debilitamiento de los movimientos populares en Latinoamérica es fruto no tanto de sus propias fallas –que existen y son graves- sino esencialmente de una reconfiguración de la voluntad imperialista que se juega el todo por el todo ante la crisis.
La derrota del FpV de pasado domingo puede ser adjudicada en gran medida a errores propios. La lucha por recuperar el terreno perdido debe comenzar ahora, a través de un exigente autoexamen.
El debate del domingo enfrentó a una propuesta, la de Daniel Scioli, con las vaguedades de Mauricio Macri. Pero el vacío de este último no solo refleja la oquedad del candidato, sino que es una forma de disimular la malignidad de sus intenciones.
Las disensiones dentro del Frente para la Victoria se han erigido en el primer problema para la continuidad del modelo. Y lo que se juega en las próximas elecciones no consiente que se siga con la frivolidad de los juegos de masacre.
El resultado de las elecciones de ayer replantea el escenario político argentino. Una opinión pública voluble, la saturación mediática y un oscuro tramado de intrigas en el seno del FpV, han puesto en tela de juicio el futuro del modelo.
El 17 de octubre significó el nacimiento de la Argentina moderna. Para la reacción, sin embargo, esa fecha sigue significando, aunque no lo confiese, un parto contra natura.
La descarada injerencia judicial de un tribunal incompetente en Tucumán es otro ejemplo de las asechanzas que cabe esperar en el camino que lleva al 25 de octubre.
El FpV sigue siendo la más fuerte de las opciones de poder con miras a los comicios de octubre, aunque el escenario sigue abierto para eventuales reacomodos en el frente opositor.