Al alboroto “moral” de los violadores seriales del orden internacional, el presidente ruso ha respondido con un puñado de verdades muy difíciles de rebatir.
La política exterior de Estados Unidos deriva hacia aguas cada vez más peligrosas. Frente al tema ucraniano sus dirigentes parecen jugados a una estrategia de la tensión que no augura nada bueno.
Un golpe de estado acaba de tener lugar en Kiev. El presidente de Ucrania fue depuesto por una combinación de desórdenes callejeros y complot parlamentario...
Centrado sobre sí mismo, Estados Unidos se ha comprometido en una política exterior que se basa en la tensión permanente. Y ello genera reacciones que pueden terminar revelándose como peligrosas para todos.
La sorprendente recuperación del coloso al que todos daban por muerto. Putin como elemento catalizador de ese renacimiento. Otra vez la salida al Mediterráneo.
Navío ruso cruzando el Bósforo, rumbo al Mediterráneo.
La crisis focalizada en el medio oriente ha entrado en un compás de espera. Washington ha retrocedido, pero la bomba no ha sido desactivada. El turbocapitalismo.
A partir de la crisis siria estamos contemplando una difícil partida de ajedrez donde se está poniendo en juego la posibilidad de tener un mundo más o menos armónico…, o todo lo contrario.