China es la gran potencia emergente del siglo. En apenas 70 años pasó de ser la última de las grandes potencias a ser la segunda, con una clara perspectiva de convertirse en la primera a la vuelta de una década.
La política mundial continúa su curso crítico. El que sigue es un abordaje a un problema peculiar que la ha afectado, en especial tras el fin del comunismo.
Los continuos cambios de figuritas en el gabinete de Trump pueden estar revelando a un irresponsable improvisador o a un táctico consumado. Me inclino por lo segundo.
En el aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki es conveniente reflexionar sobre la manera en que todavía se conduce la información y la discusión sobre ese episodio, uno de los más atroces de la segunda guerra mundial.
¿Es el fascismo un fenómeno transferible a cualquier situación o geografía? ¿O fue un acontecimiento político filiado a una época y un ámbito precisos, eventualmente irrepetibles?
El ataque de proveniencia ignota a unos petroleros en los accesos al Golfo Pérsico permite que Estados Unidos haga sonar nuevamente los instrumentos de su panoplia bélica. ¿Habrá guerra otra vez?
La conciencia de la necesidad de una transición hacia un sistema mundial diferente del actual se está abriendo paso y provocando desplazamientos políticos que serán gravitantes hacia el futuro.
Lo grotesco de ciertas acusaciones contra Trump no significa que estas no comporten un serio riesgo para él. Es lógico, pues las disputas en Washington se producen en un momento muy crítico de transición global.