La política exterior norteamericana aparece dividida entre el de deseo de no innovar y la necesidad de procurar algún cambio que frene la marcha hacia nuevas y enormes complicaciones.
La victoria del partido de Alexis Tsipras en Grecia es otra evidencia de que el rechazo a las políticas de austeridad propias del neoliberalismo se está abriendo paso en la cuenca del Mediterráneo.
El terrorismo y la provocación siguen llenando la primera plana de los diarios. Es necesario indagar sobre su trasfondo, sin embargo, antes de emitir opiniones que suelen estar condicionadas por el miedo, el doble discurso o el prejuicio.
Un terrorista remata a un policía herido, en París.
El atentado contra los miembros de “Charlie Hebdo” subleva. Es necesario, sin embargo, indagar en las causas profundas del hecho y atender a unas razones que no se limitan al enajenamiento de unos fanáticos.
El 2014 ha estado señalado por fenómenos que no preanuncian nada bueno, si bien es cierto que el panorama argentino y latinoamericano no es tan negativo como la tenebrosidad que envuelve a la situación en otros lugares del planeta.
El defenestrado Secretario de Defensa, Chuck Hagel.
Así enunciado, el título parece la delantera de un seleccionado alemán. Pero no es así; es una manera de poner de relieve los nexos que existen entre la historia y el presente tanto en Europa como en el escenario mundial.
La tensión en el mundo no decrece. La situación en el este de Europa cada vez pinta peor. Kiev ha cortado los servicios sociales básicos a la región del Donbas y la OTAN aumenta la presión contra Rusia a través de ejercicios y despliegues militares.
La continua presión del imperialismo anglosajón sobre el conjunto del mundo asume diversas formas. Pero siempre está presente como expediente para huir de la crisis intrínseca que lo sacude. Pues la mejor defensa es un buen ataque.